Leyes de deportación de Trump dejan terribles huellas psicológicas en los migrantes
- Written by Alejandra Rivera, Research Professor, Department of Psychology , Universidad Autonoma de la Ciudad de Mexico
En febrero de 2017 un hombre se suicidió en Tijuana[2]. El joven de 25 años había sido deportado de los Estados Unidos y se arrojó de un puente vehicular en Tijuana, Baja California, a pocos kilómetros de la frontera Estados Unidos-México.
Este penoso caso demuestra la precariedad de las actuales condiciones de vida de los migrantes mexicanos en EEUU como resultado de las severas políticas migratorias impulsadas[3] por la administración de Donald Trump. La vulnerabilidad en la salud mental de esta población ha ido en aumento con la amenaza de la detención y deportación.
Como profesor de psicología[4], reconozco que el solo hecho de atravesar por el proceso de deportación[5] -lo cual implica estar sujeto a un proceso judicial, acudir a audiencias, solicitar y pagar por asesoría legal profesional, y ser retenido y trasladado de un centro de detención a otro hasta finalmente ser expulsado del país- ya supone un alto nivel de estrés e incertidumbre.
En los refugiados de los conflictos en Medio Oriente, por ejemplo, investigaciones han comprobado que la política de intercepción y detención tiene efectos negativos en el bienestar mental de las personas impactadas[6] por estas actividades.
Jorge Duenes/Reuters[7]El estrés vivido es una realidad inherente para los deportados. Estudios llevados a cabo con hispanos en EU[8] demuestran que el miedo a la deportación, la discriminación, el dominio del idioma y el estatus migratorio son factores que producen estrés a diario. La ansiedad ante la posible separación forzada de los seres queridos es también una fuente de profunda angustia, así como se evidencia plenamente en un reciente capítulo[9] del show de radio norteamericano This American Life.
Y ello sin contar las redes criminales[10] a las que los migrantes indocumentados se encuentran particularmente expuestos, al entrar y salir del país.
Si a esto se le suma la desesperanza y la frustración de ver truncado el proyecto de vida situado en el país receptor y la falta de oportunidades en el país de origen, la combinación puede resultar letal[11], así como se vio en Tijuana el mes pasado. Oficiales públicos en zonas fronterizas han advertido[12] que se están preparando para más “casos de esta naturaleza”.
En busca de una vida mejor
Alrededor del mundo, el migrante -legal o indocumentado- ya es un sujeto vulnerable, aun antes de cualquier procedimiento de deportación.
Los patrones migratorios se ven influidos mayormente por factores sociales, económicos y políticos suscitados en el lugar de origen de los migrantes. En Centroamérica[13] y México se incluyen el crimen, la pobreza y el desempleo. En México, la mayor proporción de migrantes son hombres entre 20 a los 24 años de edad, pero las mujeres también huyen de la violencia[14] que las rodea.
En buena medida la demanda de los destinos migratorios se vincula con las valoraciones positivas (fundamentadas o no) del territorio al que los migrantes se piensan desplazar. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía[15] de México, el trabajo, la familia, los estudios y el matrimonio son los principales motivos por los cuales los ciudadanos van a EU, destino de más del 86% de los mexicanos que emigraron en 2014.
Es decir, la migración en México se vincula con la búsqueda de mejoras en las oportunidades laborales y en las condiciones de vida, y quienes se arriesgan a desplazarse son, en su mayoría, hombres y mujeres jóvenes, en la cúspide de la edad productiva.
Del estatus migratorio dependerán las condiciones de vulnerabilidad y los riesgos a los que los migrantes estarán expuestos. Pero casi todos se enfrentarán a una serie de factores estresantes que podrán repercutir directamente en su estado de salud[16] y en su integridad mental.
Jorge Luis Plata/Reuters[17]El desplazamiento territorial en sí mismo puede ser considerado como un factor estresante, sobre todo si la migración se da en condiciones de incertidumbre, y si el sujeto migrante no cuenta con una red de apoyo o una comunidad receptora instalada previamente en el país de acogida.
El idioma, las diferencias culturales, el nivel educativo, el limitado acceso a servicios y el aislamiento social pueden convertirse en obstáculos que cotidianamente repercutirán en la vida de los migrantes y sus hijos[18] después de llegar.
El trauma de la incertidumbre
Bajo ciertas circunstancias, las personas más marginadas por su nuevo contexto social corren el riesgo de padecer trastornos emocionales y psíquicos de diversa índole y de magnitud variable.
Entre los grupos minoritarios dentro de Estados Unidos se ha observado la aparición de estrés “aculturativo”[19] e insatisfacción, particularmente con respecto al ambiente de residencia[20]; ambos fenómenos pueden asociarse a niveles considerables de ansiedad, fatiga y depresión.
Por otra parte, esta vulnerabilidad se puede manifestar en el uso problemático de sustancias como alcohol y drogas[21], exacerbando existentes desequilibrios psíquicos y, en consecuencia, en riesgos de salud que impactarán negativamente en la calidad de vida de los migrantes.
Jonathan Earnst/Reuters[22]La especificidad de las problemáticas psicosociales que enfrentan los migrantes han llevado a los expertos a acuñar el término “síndrome de Ulises[23]”: altos niveles de estrés con duelos crónicos recurrentes y no resueltos, como el constante sentimiento de fracaso, la sensación de soledad, de aislamiento social y, claro, el miedo a ser deportado. Los síntomas físicos se caracterizan por la fatiga crónica acompañada de dolores de cabeza, colitis, gastitis y cansancio.
El suicidio de aquel hombre indocumentado en Tijuana probablemente pudo haber sido evitado con la debida atención psicológica. No obstante, debido a la precariedad de las condiciones de vida de los migrantes indocumentados, el acceso a servicios de salud mental y el adecuado tratamiento representan lujos fuera del alcance de estos sujetos (así como de muchos ciudadanos estadounidenses[24]).
Las políticas de deportación[25], y la amenaza, estigmatización y precariedad que ejercen sobre las vidas de los indocumentados latinos en EEUU los ha llevado casi al borde de lo indigno.
References
- ^ Read in English (theconversation.com)
- ^ se suicidió en Tijuana (www.proceso.com.mx)
- ^ severas políticas migratorias impulsadas (www.nytimes.com)
- ^ profesor de psicología (2018.reflexionesmarginales.com)
- ^ proceso de deportación (www.vox.com)
- ^ tiene efectos negativos en el bienestar mental de las personas impactadas (journals.plos.org)
- ^ Jorge Duenes/Reuters (pictures.reuters.com)
- ^ con hispanos en EU (journals.sagepub.com)
- ^ se evidencia plenamente en un reciente capítulo (www.thisamericanlife.org)
- ^ redes criminales (www.sinembargo.mx)
- ^ puede resultar letal (bjp.rcpsych.org)
- ^ han advertido (reaccioninformativa.com)
- ^ Centroamérica (theconversation.com)
- ^ huyen de la violencia (theconversation.com)
- ^ Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (internet.contenidos.inegi.org.mx)
- ^ podrán repercutir directamente en su estado de salud (www.nytimes.com)
- ^ Jorge Luis Plata/Reuters (pictures.reuters.com)
- ^ y sus hijos (www.russellsage.org)
- ^ estrés “aculturativo” (journals.sagepub.com)
- ^ insatisfacción, particularmente con respecto al ambiente de residencia (www.census.gov)
- ^ alcohol y drogas (www.ncbi.nlm.nih.gov)
- ^ Jonathan Earnst/Reuters (pictures.reuters.com)
- ^ síndrome de Ulises (www.migranttales.net)
- ^ muchos ciudadanos estadounidenses (www.nytimes.com)
- ^ políticas de deportación (theconversation.com)
Authors: Alejandra Rivera, Research Professor, Department of Psychology , Universidad Autonoma de la Ciudad de Mexico