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  • Written by Peter Goggin, Associate Professor of English, Arizona State University

Las sirenas, criaturas submarinas que son mitad peces y mitad humanos, no existen excepto en la imaginación de las personas. Los científicos que estudian el océano en Estados Unidos han investigado su posible existencia y dicen que nunca se ha encontrado evidencia de sirenas[1].

Quizás te preguntes por qué los científicos del Gobierno investigaron esta cuestión. Hay muchas historias sobre sirenas en la televisión, internet y revistas que pretenden ser noticias científicas reales. Intentan engañar a la gente haciéndoles creer que las sirenas son reales, sin ninguna evidencia verdadera. Esto se llama “criptociencia” o “criptozoología”, pero no es ciencia real.

No dejes que historias intrigantes te engañen sobre sirenas y otras criaturas divertidas pero inventadas, como Pie Grande o el monstruo del lago Ness.

Pero el hecho de que las sirenas no sean reales no significa que no sean significativas. Las sirenas, o tritones como a veces se les llama porque no todas son mujeres, tienen una larga historia y son conocidas en todo el mundo – de la misma manera que los dragones, las hadas y los unicornios.

Más de un tipo de sirena

Algunas de las primeras historias de sirenas son parte de la mitología griega antigua[2] de hace más de 3 mil años. Los griegos imaginaron muchas criaturas que eran en parte humanos y en parte animales, como arpías (aves y humanos) y centauros (caballos y humanos).

A veces sus sirenas eran buenas, como la diosa griega Atargatis, que protegía a los humanos, pero otras eran peligrosas, como las que cantaban hermosas canciones que hacían que los marineros estrellaran sus barcos contra las rocas y se hundieran. Las sirenas irlandesas, llamadas “merrows”[3], que se remontan a 1000 años, también se consideraban un signo de mala suerte.

Las sirenas no existen pero, ¿por qué nos fascinan tanto sus historias? Estatua de una sirena, Padua, Italia, Siglo XVI. Sepia Times/Universal Images Group via Getty Images[4]

Los cuerpos de sirenas se han imaginado de manera diferente en diferentes lugares. Hay una sirena japonesa legendaria llamada “ningyo[5],” que es principalmente un pez, pero tiene rostro humano. ¿Quizás has visto la película animada “Ponyo”[6], sobre un pez dorado con cara de niña? En Europa, había sirenas llamadas “melusinas” que tenían dos colas de pescado[7].

Las historias sobre sirenas también variaron dependiendo de dónde y cuándo se las contara. Solo algunas tratan de sirenas que se enamoran y quieren ser humanas, como Ariel y Ponyo. En el libro de cuentos “Mermaids from Mars[8]”, por ejemplo, las sirenas han consumido toda el agua de Marte y han venido a la Tierra para ayudar a las personas a aprender la lección de la conservación del agua.

En muchos lugares, las sirenas se utilizaron como símbolos de poder y riqueza. Por ejemplo, la ciudad de Varsovia en Polonia tiene una leyenda de una sirena que se considera la protectora de la ciudad[9]. Hay una enorme estatua de ella ahí, e incluso aparece en el escudo de armas de la ciudad. Muchos castillos en Europa también tienen símbolos de sirenas para demostrar el poder real y la riqueza – incluso en países sin océanos, como Austria[10].

¿Por qué las sirenas?

Quizás te preguntes cómo surgieron las sirenas. ¿Por qué tanta gente en todo el mundo los imaginó a lo largo de la historia? Es una pregunta interesante que probablemente tenga más de una respuesta.

Las sirenas no existen pero, ¿por qué nos fascinan tanto sus historias? Un barco danés bajo ataque por sirenas, alrededor del año 1200. Biblioteca del Congreso de Estados Unidos/Corbis/VCG via Getty Images[11]

Los marineros supersticiosos, incluidos Cristóbal Colón[12] y otros, informaron haberlas visto en sus viajes, pero los científicos e historiadores creen que probablemente vieron animales reales, como manatíes o focas.

A lo largo del tiempo, las personas a menudo han creado historias para ayudar a explicar todo tipo de cosas que no podían entender en ese momento. Las historias también ayudan a las personas a comprender sus propios sueños, deseos y temores[13].

No importa cuáles sean las razones, la gente todavía ama a las sirenas. Puedes comprar muñecas de sirena, libros para colorear y disfraces. Las encontrarás en banderas, monedas y café de Starbucks. En algunos acuarios y parques acuáticos, las personas reales actúan como sirenas y tienen que practicar contener la respiración y mantener los ojos abiertos bajo el agua durante mucho tiempo. Incluso hay una marca de algodón de azúcar llamada “Mermaid Farts”[14], que se describe como “dulce y esponjosa”.

Aunque las sirenas no son realmente reales, pueden alimentar tu imaginación y creatividad. También son importantes porque son una idea compartida que ha unido a personas de todo el mundo durante mucho tiempo.

Este artículo fue traducido por El Financiero[15].

Authors: Peter Goggin, Associate Professor of English, Arizona State University

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Metropolitan republishes selected articles from The Conversation USA with permission

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