A menudo escucharás a legisladores, activistas y críticos argumentar que muchas personas transgénero se arrepienten de su decisión de someterse a operaciones quirúrgicas de reasignación de sexo, una creencia que ha estado alimentando una oleada legislativa que restringen el acceso a la atencióne sanitaria de afirmación de género.
La atención sanitaria de afirmación de género puede incluir procedimientos quirúrgicos como la reconstrucción facial, cirugía de la parte “superior” y la cirugía genital o “inferior”.
Pero en un artículo que publicamos recientemente en JAMA Surgery, ponemos en duda la idea de que las personas transgénero suelen arrepentirse de las cirugías de reasignación de sexo.
Los datos indican que menos del 1 % de las personas transgénero que se someten a una cirugía de reasignación de sexo se arrepienten. Esta proporción es aún más sorprendente si se compara con el hecho de que el 14,4 % de la población en general se arrepiente de cirugías similares.
Por ejemplo, los estudios han revelado que entre el 5 % y el 14 % de todas las mujeres que se someten a una mastectomía para reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama dicen que se arrepienten de haberlo hecho. Sin embargo, menos del 1 % de los hombres transgénero que se someten a la misma intervención dicen arrepentirse.
Estas estadísticas se basan en revisiones de estudios existentes que investigaron el arrepentimiento entre 7 928 personas transgénero que recibieron cirugías de reasignación de sexo. Aunque algunas de estas investigaciones previas han sido criticadas por pasar por alto el hecho de que el arrepentimiento a veces puede tardar años en desarrollarse, coinciden con el creciente número de estudios que muestran resultados de salud positivos entre las personas transgénero que reciben atención que afirma el género.
¿Por qué es importante el acceso a la cirugía de asignación de sexo?
Alrededor de 1,6 millones de personas en Estados Unidos se identifican como transgénero. Aunque solo alrededor del 25 % de estas personas se han sometido a cirugías de reasignación de sexo, estos procedimientos se han vuelto más comunes. De 2016 a 2020, aproximadamente 48 000 personas trans en los Estados Unidos recibieron cirugías de reasignación de sexo.
Estos procedimientos brindan a las personas transgénero la oportunidad de alinear su cuerpo físico con su identidad de género, lo que podría repercutir positivamente en su salud mental. Las investigaciones demuestran que el acceso a las cirugías de reasignación de sexo puede reducir los niveles de depresión, ansiedad e ideación suicida entre las personas transgénero.
Los beneficios para la salud mental pueden explicar los bajos niveles de arrepentimiento. Las personas transgénero presentan tasas mucho más elevadas de problemas de salud mental que las personas cisgénero, o aquellas cuya identidad de género coincide con su sexo de nacimiento. Esto se debe en gran medida a que las personas transgénero tienen más dificultades para vivir auténticamente sin sufrir discriminación, acoso y violencia.
La cirugía de reasignación de sexo suele implicar pasar por una serie de pruebas: periodos de espera, terapia hormonal y aprendizaje sobre los posibles riesgos y beneficios de los procedimientos. Aunque la mayoría de las cirugías están reservadas para adultos, las principales directrices recomiendan que los pacientes tengan al menos 15 años.
Este minucioso proceso por el que pasan las personas trans antes de someterse a una intervención quirúrgica también puede explicar los menores niveles de arrepentimiento.
Además, muchas personas cisgénero se someten a cirugías que, en su mundo ideal, no recibirían. Pero lo hacen para evitar un problema de salud.
Por ejemplo, una mujer cisgénero que se somete a una mastectomía para evitar el cáncer de mama puede acabar arrepintiéndose de la decisión si no le gusta su nuevo aspecto. En cambio, es más probable que un hombre transgénero que se someta a la misma intervención esté satisfecho con un pecho de aspecto masculino.
Para someterse a una intervención quirúrgica
David Canales/SOPA Images/LightRocket via Getty Images
Mejorar la investigación y las políticas públicas
Es importante señalar que esta investigación no es concluyente. Las opiniones sobre las intervenciones quirúrgicas pueden cambiar con el tiempo, y los pacientes pueden opinar de forma muy distinta sobre sus resultados ocho años después de la intervención que un año después.
No obstante, el consenso entre los expertos, incluidos los de la Asociación Médica Estadounidense, es que la cirugía de reasignación de sexo puede mejorar la salud de las personas transgénero y no debe prohibirse.
Estados de EE. UU. como Oklahoma y Dakota del Norte han ignorado este consenso y han restringido el acceso a estos procedimientos. En respuesta, 12 estados se han designado a sí mismos “santuarios” para la atención que afirma el género.
Aunque nuestras estadísticas sobre arrepentimiento quirúrgico pueden cambiar a medida que los investigadores aprendan más, son los mejores datos que tienen los profesionales sanitarios. Y las políticas públicas basadas en los mejores datos disponibles son las que más pueden mejorar la vida de las personas.
Spanish translation by: Santiago Echeverri
Authors: Harry Barbee, Assistant Professor of Health, Behavior and Society, Johns Hopkins University
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